domingo, 8 de mayo de 2011

1º Capitulo

El día había empezado y con ello la rutina.
Los tres días de vacaciones le había sentado bien, necesitaba el descanso después de dos días de trabajo duro y muchas horas sin dormir. Pero el esfuerzo valió la pena, ya que su propuesta para el anuncio fue aprobada y felicitada por lo bien que estaba elaborada.


Ayleen con sus 28 años, vivía sola en un piso de West Street, en Maidstone, Inglaterra.
Su vida trataba en conclusión en el trabajo, la mayoría de tiempo se dedicaba a ello, exponer ideas, papeleos, y nuevas proposiciones sobre nuevos proyectos.
Por ello no le daba tiempo a salir, ni divertirse; la verdad es que no le importaba mucho las relaciones, siempre acababan por traicionarla, decepcionarla o abandonarla.
A lo largo de su vida aprendió a ser fuerte, a no derrumbarse ante palabras, «Las palabras no hacen daño» se repetía una y otra vez, pero una y otra vez caía en sus errores.
Desde pequeña creció rodead de cariño familiar, pero en el colegio nadie la supo tratar como a una persona normal.
Siempre la humillaban por ser muy alta o gorda, nunca entendió a los niños de su edad, nunca estaban contentos con ella, nunca jugaban con ella, nunca compartían sus juguetes con ella.
Ella era la niña rara, sonreía a todos cuando todos la odiaban, y cuando ella se sentía destrozada por dentro por el rechazo.
Siempre fue alegre, pero la experiencia de la vida y las personas le arrebataron su felicidad.
Desde que acabo la universidad, lo unico que le ha importado es el trabajo y el deber.
Nunca confiaba lo suficiente en una persona, porque ninguna persona le abia demostrado merecerse su confianza, aparte de su familia.


Nunca tuvo una persona a su lado que le enseñara lo que es amar, querer a una persona de diferente manera, quererlo más que a su propia vida.
No le atraían los hombres que normalmente veía, hombres que solo les importaba la imagen y el dinero, hombres que lo unico que quería de ella era una noche de diversión y que después les sirviera de sirvienta personal.
Pero ella era una persona fuerte y nunca se cansaba de decir que no es un objeto y que la gente debería de tratarla como a cualquier otra persona.
Estaba arta de la vida que llevaba, por ello cada vez se convertía en una persona amarga,
su sensibilidad estaba en su interior, no savia donde, pero encerrado debajo de todo aquel odio y dolor.




Dedicado a mi amiga Dayana, gracias por seguirme y por ser la primera.

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