sábado, 7 de mayo de 2011

2º capitulo el encuentro



Realmente odiaba cambiar de trabajo, de apartamento, odiaba las mudanzas.
Pero aquello le garantizaba una vida mejor.
Las cosas ya estaban en el camión, y ella se dirigiría en taxi a su edificio.

Al llegar al edificio, se dio cuenta que era muy lujoso, los muebles estaban decorados con madera envejecida y contrataba con el rojo de las cortinas.
El portero se acercó a ella.
  • Señorita, las cosas estarán en su apartamento esta noche, podría indicar a los que llevan su mueble , en que sitio quiere colocarlos, si no seria mucha molestia.
  • Oh no! , señor. Claro que no seria una molestia ahora mismo les digo y muchas gracias.
  • Por favor llámeme, Chals.
  • Y usted llámeme Ayleen – respondió con una sonrisa amplia.
  • Es un honor conocerla, señorita Ayleen – el mayor le hizo una reverencia y se dio media vuelta para ir a atender sus asuntos.

Ayleen  decidió subir a su apartamento a ver como era y a indicarles como dejar los muebles.
Cerca del ascensor se encontró a un hombre realmente atractivo con una mujer realmente sexy.
La mujer tenia unas curvas impresionantes, en las que lucia un vestido rojo apretado.
Sus piernas no tenían final y llevaba unos tacones realmente bonitos que Ayleen nunca se los podría poner.
Llevaba el pelo rubio suelto, caía en sus hombros con una cascada de rizos.

Al lado de esa mujer ella parecía un bicho raro, llevaba el pelo atado en un moño, las gafas de lectura, un pantalón pitillo negro apretado una sudadera gris y unas deportivas.
En un momento se sentía inferior pero se dio cuenta que no le importaba, nunca saldría con un hombre como el que estaba junto a ella.

El hombre iba vestido con un traje negro que marcaba toda la masa muscular y sus hombros anchos y una camisa blanca con los tres primeros botones desatados, tenia el pecho moreno y sin vello.
Se ruborizo al darse cuenta que el hombre la estaba observando mientras ella analizaba su aspecto.
Sus ojos tenían una pizca de fuego, solo con una mirada la podría derretir, tenia el rosto mas bello que había visto en su vida.
Su boca era carnosa y en forma de corazón. Sus ojos estaban rodeados por un montón de pestañas que lucia aquellos ojos negros como el carbón.
Sus labios se movieron pronunciando unas palabras hermosas, pero que no entendió.

  • Perdona, ¿que?- pregunto Ayleen
  • Que pase al ascensor.
  • A si, gracias- sonrió con sarcasmo.

Entro en el ascensor con torpeza y sin querer piso el pie de aquel hombre.

  • Pero que hace!- grito el hombre, con furia
  • yo, lo siento, no me di cuenta, enserio
  • pero sabe usted cuanto cuestan estos zapatos!
  • No, yo se los pagaré, no a sido mi intención
  • No hace falta. Que hace usted en este edificio y con ese aspecto.-Ayleen se quedo sorprendida por aquella pregunta tan repentina y sin educación.
  • Perdone señor, a que piso va?- pregunto Ayleen con la boca tensa
  • Al penúltimo
    Las puertas se cerraron y todos se quedaron callados. Ayleen no se resistió a responder.

  •  Por cierto, gracias por eso de "con ese aspecto" pero me acabo de mudar y no creo que sea necesario ir de traje cuando una tiene que mover muebles pesados y otra cosa mas es usted un ser engreído y despreciable, como puede tratar a las personas así, que se cree que somos un trozo de carne.


La mujer que estaba al lado de aquel hombre se quedo con la boca abierta, como si lo que hubiera dicho fuera una cosa tan fuerte. La puerta del ascensor se abrió en el piso 18 donde se encontraba su apartamento.

  • Mande me la factura de sus zapatos, señor "se me a roto una uña" yo se los pagaré.

Y dando la espalda al ascensor se dirigió a su apartamento.

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