capítulo 5

El día había empezado, y con ello su nuevo trabajo.

Quedo con el señor chapman en la entrada del hotel para llevarla a su trabajo.

- Buenos días señorita Harris- saludo Chapman con una leve inclinación de cabeza.

- Buenos días Chapman,puede llamarme Ayleen, no me agrada que me llamen por mi apellido.

- Claro, Ayleen, pero con la condición de que usted me llame Jack

- por supuesto - y con una sonrisa se dirigieron los dos al deportivo de Jack.

Era un Lamborghini negro, muy lujoso con asientos de piel y una pantallita justo encima del reproductor de CD

- Bonito coche - comento Aylen después de entrara al coche

- Gracias, pero no es mio, es de mi jefe, Darren. No se porque a insistido que te venga a recojer con el, el mio esta en el garaje, pero es mucho mas bonito que este .- Rió a carcajadas

- Ah, pues le debería de dar las gracias a nuestro jefe.

- Es extraño que no lo ayas visto, ayer estuvo por aquí.

- No, no lo e visto , solo a un empleado , que andaba pesado porque le pise y se puso furioso.

- ¿Y quien era? - Jack puso en marcha en coche y se alejaron de los apartamentos. 

- No se no sabría decirte su nombre, no se lo pregunte, peor le llamaba señor "Se me a roto una una"

Jack  rió amplia mente

- Eres genial, no se de donde te abras sacado ese nombre.

-¿La gente es tan desagradable aquí?- pregunto Ayleen con un poco de preocupación.

-No, no siempre, a menos que estén de un día malo con los negocios.

Llegaron a la empresa. Ayleen estaba muy contenta, deseaba ver como era su nuevo trabajo y empezar a crear publicidad desde ya.

Jack le explico todo, planta por planta.

Ayleen tenia un despacho propio en el piso 17, algo raro según Jack, ya que esa planta pertenece a los empresarios mas importantes. Porque estaban en la misma planta que el jefe de la empresa. 

Era la planta mas lujosa de todas. En frente de su despacho estaba el despacho de Jack, y en el medio de los dos despachos estaba el de su jefe, que en esos momentos no esataba.

Jack se alegro de tenerla de compañera de planta pero se le notaba la picarda en los ojos y con el pequeño deseo que la miraba. Pero Ayleen estaba segura de que llegarían a ser buenos amigos